viernes, 7 de febrero de 2014

Estudios culturales

Los estudios culturales, en sus orígenes, se enfocaron principalmente en las esferas del saber, del arte y del mercado social. Esto surgió a mediados del siglo XX (a partir de 1950) con la creación de la escuela británica de Birmingham. Sin embargo, Theodor W. Adorno y Max Horkheimer comienzan a teorizar, específicamente en el área de la cultura de masas.

Estos autores se encargaron de analizar la cultura, término cuyas definiciones son tan variadas y complejas. Sin embargo, estos estudios hacia la cultura dieron un cambio porque el investigador no se enfrentaba a hechos, sino a prácticas o acciones con significado de la cultura popular.

El desarrollo de los estudios culturales ha dado pie a diversas perspectivas, de las cuales enlisto seis:

La racional-colectivista que tiene como base los términos “industria cultural” y la dialéctica “cultura de masas vs arte”. Adorno y Horkheimer son los autores que teorizaron con una aproximación sociológica/crítica cultural y, en esencia, argumentan las razones de por qué y cómo la cultura y el arte se han sometido al mercado y al consumismo.

La ideal-individualista que tiene una aproximación a la literatura y crítica cultural. MacDonals, Greenberg y Leavis son los autores que abordan la cultura de masas como la antítesis del Arte.

La no-racionalista que hace una aproximación a la filosofía, crítica social y cultural a partir de los postulados de Arendt para explicar la “sociedad de masas”.

La ideal-colectivista que se enfoca principalmente en el arte de masas a partir de Benjamin, argumentando que el arte de masas representa la creación de un nuevo arte, más allá del arte moderno, capaz de movilizar políticamente a las masas.

La ideal-colectivista que aborda el arte popular a partir de la historia del arte con Panolsky. “Las manifestaciones contemporáneas de la cultura popular (cine) expresan valores genuinos que recuperan el contacto de la obra con su público, aspecto olvidado por el arte moderno”.

Finalmente la racional-colectivista que profundiza en la cultura popular apoyándose en la crítica cultural y sociología con Williams (Escuela de Birmingham-cultural studies). La cultura popular se entenderá como el escenario central de la lucha por el poder en la sociedad.

Aunque se pueden apreciar diferencias en la teoría, todas confluyen en el mismo objeto de preocupación, es decir, la cultura de masas. La diferencia es que analizándolo a detalle, son diferentes y cada una de ellas tiene propuestas que resuelven de manera diferente la cuestión teórica.

Esta clasificación se divide básicamente entre idealistas (instrumentales) versus idealistas (normativas y morales). Los enfoques racionalistas considerarán que la cultura responde a fuerzas externas. Los enfoques idealistas acentúan la dimensión interna, subjetiva de la cutura.

A continuación profundizaré en la aproximación racional-colectivista de T. W. Adorno y M. Horkheimer. Su obra principal es La industria cultural: la ilustración como decepción de las masas y ayudó a comprender la cultura del individuo moderno.

        Su estudio radica principalmente en revisar cómo la cultura se convirtió en un medio para alimentar el sistema del capitalismo moderno, de tal forma se convirtió en una “cultura de masas” o, utilizando el término que ellos empleaba, “la industria cultural”.

La cultura de masas se contrapone al Arte por el hecho de que la primera se ve en términos de generar beneficios al mercado y para lograrlo se hace uso de la publicidad para darle una cualidad de utilidad al arte. La cultura popular se mezcla con la publicidad para surtir efecto en grandes cantidades.

El arte se ha estandarizado. La industria cultural somete a los objetos culturales a una necesidad social: “producir para consumir, y consumir para seguir produciendo”.

       Además, el sistema capitalista controla la producción cultural, lo que evidencia la importancia de generar beneficios para el consumismo, aunado a que se impone a otros órdenes de la vida social.

Aunque la teoría de Adorno y Horkheimer es del siglo XX, siguen vigentes en este siglo XXI ciertos aspectos que abordan como lo es la televisión y la publicidad, en la que manejan estereotipos de personas, vidas, deseos, etc., de tal forma que uno siempre deseará lo que no tiene, no porque no tenga lo que ofrece la publicidad a partir de los medios de comunicación, sino porque la cultura ha asumido que la mayor parte del tiempo vivimos en un estado de carencia perenne.

Por otra parte, el arte ha generado muchas formas de ser consumida, a partir del capitalismo, como forma de generar beneficios en el mercado. En la cultura mexicana no se tiene el hábito de la lectura, por lo que las encuestas generalmente muestran que se lee un libro o medio libro al año. Las librerías suelen hacer publicidad sobre la venta de nuevos libros y uno puede darse cuenta cuando se trata de libro de masas o cuando es literatura canónica (la que usualmente casi nadie lee). La presentación de los dos tipos de libros (la canónica y la de masas) es diferente. Los libros “universales” o “canónicos” suelen tener una presentación sencilla, no tan llamativa; al abrir el libro el texto es presentado con un interlineado sencillo y un tamaño de letra pequeño en la mayor parte de las ocasiones. La literatura de masas es todo lo opuesto a lo anterior: sus portadas tienen una presentación muy llamativa, con imágenes grandes y atractivas a la vista por sus colores y formas. Cuado se abre el libro el texto generalmente tiene un margen grande y el tipo de letra es grande y con un interlineado extenso lo que ocasiona en el lector una sensación de leer a una velocidad rápida y genera una satisfacción saber que se lee un libro rápido. La trama es simple, lineal, predecible. No dificulta mucho leer.

En las librerías se hace una lista (top ten) sobre los libros más vendidos del momento. El público comienza a comprar libros basándose en el número de ventas lo que genera un beneficio a las librerías y editoriales porque venden un producto que muchas veces es carente de valor estético. No importa si es un libro de superación personal o un manual para atraer a los hombres o mujeres, lo importante es que se vende. Lo importanto hoy en día no es la comprensión lectora y el nivel de análisis y crítica en los lectores, sino cuántos libros compra al año y cuántos ingresos hay. El caso más evidente es cuando salen los ganadores a los premios Nobel en literatura. Es como si las librerías esperaran ese momento para poner a la venta las obras del autor ganador pero no para fomentar la lectura sino porque la gente comenzará a comprarr, es ahí cuando vemos que no se produce con un fin artístico sino con un interés de fondo que generará beneficios a las empresas encargadas de las editoriales y distribución.


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